FLOATING CITIES

A mediados de 2012, trabajando en su taller de Santiago de Compostela, Arturo Carrión se reencontró con unas imágenes de esas obras, más bien unos dibujos-apuntes, elaborados a color, de mediano formato, de la serie “TeVenautas” y, después de observarlos detenidamente, se le despertó una antigua inquietud. Renovada su curiosidad, sintió que había allí algo inconcluso. Se percató entonces de que en algún momento de su proceso creativo, quién sabría por qué, había interrumpido algo importante, aq1 A mediados de 2012, trabajando en su taller de Santiago de Compostela, Arturo Carrión se reencontró con unas imágenes de esas obras, más bien unos dibujos-apuntes, elaborados a color, de mediano formato, de la serie “TeVenautas” y, después de observarlos detenidamente, se le despertó una antigua inquietud. Renovada su curiosidad, sintió que había allí algo inconcluso. Se percató entonces de que en algún momento de su proceso creativo, quién sabría por qué, había interrumpido algo importante, aquel dialogo estético y conceptual con esas obras, y de que aún tenía bastante que indagar y que decir en ese contexto y a propósito de esa temática. Se le hacía presente de nuevo lo trascendente que han sido los medios audiovisuales en los cambios conductuales humanos entre finales del siglo XX y lo que va del XXI.
En junio de 2012 Arturo tuvo que trasladarse a Tenerife y allí, desde diciembre de ese mismo año, retomó las imágenes encontradas poco antes en su taller; se propuso madurar la idea y profundizar más en el tema, lo que lo ha portado, no a ver la televisión, sino a dejarse llevar en la visualización de otros medios de trasmisión visual como, por ejemplo, Google Earth, la fotografía cenital y de picado, lo satelital, etc. A partir de eso, comenzó a experimentar sobre el tema, para darse cuenta, sin embargo, de que, habiendo transcurrido cerca de 20 años del inicio de aquellas búsquedas, la cotidianidad, aceleradamente cambiante, del planeta, ha dado lugar a que aparecieran conceptos que han trastocado la laxitud de aquellos últimos años del siglo XX. Ese “darse cuenta” es parte importante de la reinterpretación estética y del nuevo abordaje plástico del tópico. En estas formidables piezas está el resultado.
Figuran y fulguran en tales creaciones, si bien mimetizados en los dinámicos elementos de expresión que pone a jugar Arturo, nociones y términos especializados como biodiversidad, ecología, células madres, medio ambiente, clonación, capa de ozono, cambio climático, descongelamiento de glaciares, cibernautas, internautas, en fin. Todo ese cúmulo de disciplinas, conceptos y visiones afloraron en su momento en el consciente del artista, quien empezó a trasladar tales elementos, ya incorporados como valores conceptuales de su estética visual, a la tela, fue así cómo, por ejemplo, los televisores de antaño fueron transmutándose, convirtiéndose surrealistamente en espacios de carácter habitable, flotando sobre manchas de colores, hasta convertirse en ciudades flotantes, donde se percibe el agotamiento del planeta que nos dio vida; donde las aguas se funden con la tierra, consumiendo cualquier vestigio humano en su faz. ¿Es una visión catastrofista del futuro… o simplemente un sueño más de la creativa cuanto lacerante imaginación del artista?

Zoilo Abel Rodriguez - Critico de arte
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