Floating cities
Las Recientes ejecuciones de Arturo Carrión ponen en evidencia interesantes indagaciones. Se aprecia un cambio sustantivo y una reorientación de sus enfoques, observándose nuevos énfasis y sugestivas profundizaciones. Puede decirse que de un registro esquemático y de influjo constructivista, Nótese en obras anteriores, (2009/2012 – www.arturocarrion.com), ahora se siente una recreación pictórica que origina la conjugación de espacios desvinculados, matéricos y texturados, así como la anexión de ciertos grafismos y objetos textualizados, como focos referenciales y objetivados.
A primera vista, las obras desafían por su aparente y deliberada indeterminación. La lectura iniciática de las mismas, desafía su abordaje. Las disposiciones y sensualidades de los espacios propuestos por trazos y movimientos intensos, son demasiado poderosos como para situarlos en una función complementaria, pero igualmente los detalles de referente objetual son muy explícitos como para impedir una aproximación penetrante.
Innegablemente, a pesar de las proporciones de uno y otro componente, no podría hablarse de sustantivos y objetivos en el lenguaje plástico de Arturo Carrión. Los amplios espacios se afirman como consecuencia de la reflexión que procede de los objetos, textos y grafismos, éstos por su parte adquieren su presencia a partir de las plurales y expansivas superficies propuestas por el artista. Este enigma plástico se esboza a pesar de los aparentes contrastes entre los dos componentes citados. En consecuencia, la naturaleza de los espacios no reporta el contexto lógico para objetos comunes utilitarios, ni para andamiajes estructurales de líneas de resonancias arquitectónicas o espacios de temperamento geométricos. Estas imágenes emergen visualmente en un espacio que no es su recinto natural. Por ello, flotan sin peso, contiguas, en soportes invisibles fluyendo en el espacio vacío, retando la imaginación y estimulando la incertidumbre del espectador.
Una aproximación más inmediata nos induce a reseñar que el sentido enigmático y el carácter dislocador de estas elaboraciones se acrecientan porque el componente cromático y los planos texturados dominan el soporte para emplazar el tacto y estimular exigentes requerimientos perceptivos. El dominio técnico de Arturo Carrión le permite retozar con la transparencia, los trazos, los drippings, planos, estructuras lineales y sombras, todo lo cual origina extrañas visiones. Podría decirse que se logra una conjugación de espacios que hacen que cada plano emerja de otro para sugerir zonas y ambientes aparentemente ocultos en intensa interacción.
Carrión asume un cierto enfoque lúdico con los objetos y los planos, emplaza al espectador a hurgar su subconsciente, a encontrar valoraciones que subyacen en la periferia de su memoria. Es difícil dejar de apreciar una cierta cuota de morriña e ironía en dichos referentes. La añoranza se relaciona con la evocación, los recuerdos y las asociaciones biográficas que siempre tienen los espacios urbanos, los objetos y estructuras de la cotidianidad latente. Por otra parte, la ironía se suscita por la sutileza con las cuales estas piezas conllevan un ambiente a veces delicado, de visiones espaciales futuristas en otras con rotundidad y denuncia, tan alejado de sus ámbitos naturales. En otros casos, se sintetizan para predecir su presencia y demostrar su inmutable disposición de desafío, demanda y advertencia. Del mismo modo, sus presencias logran incitar cierta impresión de violación y de agresión del espacio. En conclusión, las interpretaciones y exploraciones son tantas que se impone darle cabida a una reflexión. ¿Estamos pre-visualizando el futuro de la existencia humana, los nuevos hábitats socio-biológicos? Las visiones hay que mostrarlas ¿Dónde? ..... En la superficie del lienzo.
John Farias
2013 - España
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MEMORIAS DE LA SOLEDAD
Una situación como la soledad puede desencadenar estados de ánimo y sentimientos totalmente diferentes en un humano. Es por ello que el artista venezolano Arturo Carrión ha decidido tratar esta temática en la exposición con la que inauguró su sala de arte Carrión Atelier, en Bertamiráns. Se trata de una colección de casi veinte cuadros, de distintos formatos y colores, unidos bajo el título Memoria de la soledad.
El principal objetivo del pintor es "transmutar los sentimientos que provoca la soledad a mi obra y convertirlo en hecho creativo y transformador". Para el artista, "la soledad podría ser la oportunidad de reencontrarse a uno mismo y experimentar el verdadero conocimiento del yo".
Este tipo de sensaciones son las que Carrión ha plasmado en sus lienzos, que destacan por la variedad en los formatos y también por los diferentes colores que presentan. Mientras en algunos de ellos se observan unos tonos más apagados, como los beige o grises, en otros el creador cambia completamente el estilo y se atreve con colores vivos, como azules oscuros, e incluso eléctricos.
Precisamente, las tonalidades son las que representan "diferentes estados de ánimo por los que todo ser humano pasa y que en los cuadros desprenden cierta sutileza psicológica", asegura el artista. Otra de las características de las obras que muestra en su exposición es que prescinde en todo momento de "las escalas". "Presento objetos que transformo en el plano pictórico sin valerme de ningún tipo de referencia". De ahí que se puedan ver en algunos de sus cuadros objetos cotidianos como una silla, colocadas en la parte superior del lienzo.
"Mirada extranjera"
Este venezolano llegó a Galicia en el año 2000. Desde entonces ha asumido la comunidad como "un ente que me ha hecho encontrar otra visión del mundo". Durante su estancia ha tenido la oportunidad de tomar "más de seis mil fotos" de diversos paisajes de la geografía gallega.
A partir de esta amplia colección de instantáneas, Carrión tiene en mente elaborar "un libro con una selección de 320 fotografías de Galicia que se titulará Mirada extranjera, aunque ahora estoy buscando patrocinadores.
De referencia Arturo Carrión aparece en un libro de Ediciones Ecuador 21, una editorial de Barcelona, como un referente de los Artistas para el museo de mañana, tal y como reza el título de esta publicación. Este libro forma parte de una colección de mil doscientos que reparten de forma gratuita en museos y bibliotecas.
Dote Desde su infancia, Arturo Carrión siempre supo que se quería dedicar al mundo de las artes, en el sentido más amplio de la palabra. Es un hombre polifacético, que toca otros campos como la escritura, la fotografía o incluso la escultura. Entre sus referentes pictóricos destaca Picasso "por lo tramposo que era".
Susana Formoso
El Correo Gallego
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PICTOGRAMAS
Tan revelador como este ascendente, es la permanencia en todas las grandes culturas de los procesos constructivistas, como parte de la vida común, en medios tan disímiles como la tapicería, la arquitectura, la cerámica y la pintura. Los pueblos de África dan un uso particularmente vigoroso a la definición abstracta, por ejemplo en la decoración mural de las fachadas, en secuencias claramente coherentes y destinadas a un fin celebratorio o de exaltación. Auguste Herbin (Francia, 1882/1960) aprovecha a fondo este dinamismo y de paso capta su sentido vitalista, mas que el sentido formalista de otras experiencias europeas. El trabajo del venezolano Arturo Carrión (Maturín, 1953) ha sido consecuente en la exploración del universo abstracto en dos y tres dimensiones, con un principio orientador que parte, según un texto del artista, del principio de que; el arte se basta a sí mismo; y tiene un carácter realista para representar la síntesis vital que el hombre procura y alza como testimonio de su acción en la tierra.
Encontramos así una posición alternativa. El realismo que buscaban en los grandes pioneros como Naum Gabò (1890/1977) que formula en su; manifiesto realista; la necesidad de dejar atrás los; ritmos hieráticos; y dar al arte la vida y el movimiento verdadero. Carrión aprovecha la flexibilidad de la estructura en las obras bidimensionales, tratando la mayor parte de las veces de apoyarse en un color fuerte, contrastado, provocador de una lectura igualmente rítmica. En las obras desplegadas en el espacio, la incorporación del color es un recurso oportuno para acentuar el juego de las formas y volúmenes; sin contar que también aprovecha el movimiento libre, real, de las partes. La obra es un programa constructivo, en el cual el artista procura añadir los elementos cromáticos y formales necesarios para crear procesos que revelen una condición de exaltación, una suerte de festejo de lo viviente y de la belleza propia del arte de crear.
Dr. Roberto Guevara
Director Nacional de Museos
CONAC – Venezuela -1992
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Sobre la obra de Arturo Carrión
I N T R A P I E L E S
Al oír hablar de INTRAPIEL nos parece oír nombrar algún tejido nuevo o ropa interior de moda. Algo que tiene que vestir, proteger, aislar, cubrir de las miradas o la intemperie. No obstante, si queremos asociarlo al mundo de las artes plásticas, nos cuesta mucho no pensar en recubrimientos, cueros, o telas especiales de mobiliarios. En el caso de Arturo Carrión, la INTRAPIEL se vuelve una incógnita de otra índole muy arriesgada. Tardamos un cierto tiempo en focalizar nuestra mente si queremos ponernos en sintonía con su sentido. Tendremos, por lo tanto, que remontar el flujo de sus propósitos para intentar aproximarnos a los « giros de llave » que abren algunas puertas de la comprensión. No todas, desgraciadamente.
La obra de Arturo Carrión nos atrae por la configuración múltiple de sus formas poco corrientes. Sobre todo si pensamos en la ejecución de un trabajo exclusivamente manual pero, muy factible con ordenadores. Nuevas dimensiones que exigen al creador ir más allá de sus propios límites, no solamente tradicionales sino también los que nos deja entrever la investigación realizada. Esta actitud requiere por parte del artista una concentración especial para transponer la percepción a otros estadios. Es una cuestión sensorial, epidérmica. Nos hace sentir como si la visión rozara la piel. Una vibración óptica que transmite sensaciones diferentes, a través de todo el cuerpo cada vez que contemplamos profundamente la obra.
La experiencia que nos produce contemplar la obra de Arturo Carrión puede ser considerada interactiva : entre nuestra red sensorial que corre debajo de la epidermis y las diferentes capas creadas por el artista. Por allí podrían andar los misterios de sus formas decapables, enclavajes sucesivos como vivencias acumuladas. Felices o sufridas, hasta tal punto que se llega a pensar en que « se ha dejado la piel… » ¿Cuál ? ¿La epi, la hipo o la intermedia ? ¿La dermis o la intrapiel ? Sugerentes sutilezas ofrecidas por Carrión a través de su obras que provocan nuestra curiosidad y nos invitan a indagar, de mucho más cerca, cómo introducirnos en la piel de su personaje, de su arte. A ver –nunca mejor dicho-, ¿de qué manera lo conseguimos ?
L’Altrange
Barcelona - España - 2003
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